lunes, 22 de febrero de 2010

Una historia no tan sencilla: The Straight Story (David Lynch, 1999)



A pesar de lo que pueda sugerir su título, Una historia sencilla (The Straight Story, David Lynch, 1999) no es una película simple. Detrás de su inocencia se oculta algo muy extraño. La extrañeza que causa esta cinta se debe principalmente a dos cosas: su pertenencia a la obra de David Lynch y su pertenencia al género del road movie. Nadie sospechaba que Lynch, realizador de películas tan retorcidas como Eraserhead, Blue Velvet, Wild at Heart o Lost Highway -conocido además como el cineasta de la transgresión, de la intensidad y del absurdo- fuera a hacer un día una película como Una historia sencilla. El hecho de que haya sido clasificada desde el principio como un road movie también causa problema, pues este género tiene la reputación de ser una tradición cinematográfica transgresora. Sin embargo, la película cuenta una historia bastante convencional: la travesía de Alvin Straight (Richard Farnsworth), un viejo de 73 años que decide emprender un largo viaje -conduciendo su vieja podadora de césped- para ir al encuentro de Lyle (Harry Dean Stanton), su hermano mayor, con quien está peleado desde hace 10 años. En el artículo El viejo, ese marginal: vejez y transgresión en Una historia sencilla de David Lynch, exploro las relaciones entre esta cinta y el género del road movie en lo que tiene que ver con el carácter marginal del héroe, uno de los principales marcadores de género de la película de carretera.

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